Carlos: Para este asunto en particular adhiero al enfoque de Alejandro Jodorowsky quien propone, a través del Tarot,  descubrir la dimensión presente. Este presente, que tiene anclaje en el pasado y que, a veces, permite intuir el  porvenir, se revela desconocido para quien se percibe a sí mismo atrapado en alguna situación.

 

Mariela: Otro giro en esta tirada de Tarot es quién es verdaderamente el lector de la tirada, Carlos cambia esa posición, y el lector es el consultante. ¿Desde tus inicios en esta práctica, el lector siempre fue el consultante? Si no fue así, ¿Cómo diste ese giro?

 

Carlos: Italo Calvino postuló, como una de sus últimas preocupaciones, la posibilidad de que estuviéramos perdiendo la capacidad de imaginar. En particular, nos veía enfrentando la pérdida de la dimensión icástica de la imaginación, es decir, la capacidad de imaginar en vacío.  Inscriptas en diversas líneas de pensamiento esotérico, este tipo de tiradas intenta producir un relato imaginativo en diálogo, intermediado por una iconografía específica: los Arcanos del Tarot de Marsella. En el mejor de los casos, el producto imaginado asiste al consultante en el proceso de escritura o reescritura de su acontecer actual.

 

Mariela: ¿Qué diferencia notas en hacer la tirada dentro de la Oficina Proyectista o fuera de este espacio?

 

Carlos: Un entorno poblado de otros imaginarios, como son las distintas producciones que se presentan en la Ofi, convoca o intimida a quien “estando despierto parece un dormido”. Es un contexto en el cual se pronuncian las voces de otros arcanos.

 

Mariela: En la tirada de cartas le das mucha importancia a la simbología representada en las cartas, ¿Cuál es el nexo que haces entre esto y el arte y desde que lado?

 

Carlos: Algo capaz de cumplir la función de imagen en un momento dado, opera como una fisura en la opacidad de la experiencia humana. Es la aparición de un vórtice que nos desplaza de una dimensión de sentido a otra y que puede darse por medio de las producciones (consideradas) artísticas, o al hallarnos inmersos en la vastedad del cuerpo o a través de los sueños, las visiones, las palabras, quién sabe …

 

Mariela: ¿Qué te brinda en tu vida personal esta práctica?

 

Carlos: Afirmo la dimensión poética de la vida. Busco recuperar la capacidad de imaginar tomando prestado o robando sin más el elixir perdido u olvidado. El Tarot es Maestro en ese camino al inframundo.

 

Mariela: Llevado al campo del arte, intuyo que una práctica así podría ampliar la percepción u observación ¿Creés que estas cosas están ligadas?

 

Carlos: A veces percibir es nombrar. Si podemos nombrar la sombra que nos acorrala, si podemos descifrar el laberinto que nos hemos construido, entonces cabe la posibilidad de vislumbrar un horizonte perceptual ampliado o, dicho en términos más esotéricos, se hace posible  la transmutación o trans-significación de la experiencia vital. Esto es difícil si no se puede acceder a la imaginación. Es probable que el campo del arte y la imaginación estén relacionados.

 

Tras esas torres hay una estepa y 

detrás un bosque lleno de fantasmas.

Después hay una montaña y un 

precipicio abierto

a un río de aguas puras.

Oswald Wirth

 

Mercedes: Tomás de Oswald Wirth este texto. Al leerlo, fue una extraña sensación porque describe muy bien lo que quise representar a la hora de hacer el GIF de la tirada. Pensé en una torre, en un fondo oscuro, que se desarma, y en los fantasmas del pasado, en estepas y en un mar o agua en la que se funden los sueños y se ahogan los fantasmas ¿De dónde extraés este texto? ¿Y Por qué decidís hacerlo?

 

Carlos: ¿Quién no se ha visto ante la disyuntiva de avanzar hacia lo desconocido o retroceder sobre los propios pasos? Ambos riesgos se le presentan al héroe en su camino.