AGOSTO 2016
TRANSMINTIENDO
Azucena Losana
Hace varios años que trabajo para la televisión abierta subtitulando en vivo (closed caption) para los espectadores con discapacidad auditiva. Durante varias horas a la semana, en horario central, soy una intermediaria entre miles de hogares y el contenido que la tele emite.
Se puede decir que mi trabajo es una doble traducción en vivo. Repito con mi voz lo que se dice y un software de reconocimiento de voz (mi prótesis) lo pasa a texto, agrego algo al texto si es necesario (nombres propios, modismos, tecnicismos) y se envía en vivo junto con la señal de televisión.
El resultante es una síntesis del discurso televisivo. Otro discurso que en la transmisión se hace “real“. Es un nuevo texto.
Reconozco los artilugios para que la bajada de línea parezca verosímil, veo sus errores, descanso en las pautas publicitarias. Repito.
“El que mata , debe morir”, afirma Susana Giménez.
Repito con voz neutra, marcando las comas para que mi colega y prótesis, el software, acuse recibo de la pausa. A veces se equivoca, no me entiende, me juega bromas. También tengo que incorporar algunas palabras a su vocabulario: narcopalomas, motochorros, pungas, holdouts, Panamá Papers.
Con el tiempo desarrollé la destreza suficiente para que el texto no necesite corrección. Tanto es así que comencé a hacer capturas de pantalla que dibujo mientras transmito.
“La grasa de la lipo, está en mi cola”, dice Pablo Ruiz. Repito.
“Yo quiero ser el Brancatelli de Macri, dice Matías Alé. Repito.
¿puede un discurso ser repetido como una mera transmisión sin que su contenido se incorpore al discurso propio?
Parafernalia visual, políticos y famosos a la par, sin solución de continuidad. Exhibición sin pudor. Recortes de alguna realidad, que se vuelven a recortar y se transmiten.
¿Cómo hacer para que el gran set de utilería tiemble y se ponga en evidencia?
¿Una traducción es posible?
El mismísimo Derridá se sacudió ante las dudas de un traductor Japonés y se concentró en explicar la Deconstrucción a partir de lo que no es para poder resistir una traducción.
Enciendo la tele, ajusto mi prótesis, es mi horario de la mañana.
Digo transmitiendo y el software escribe: T R A N S M I N T I E N D O-